El aprendizaje emocional permite tomar conciencia de nuestras emociones, perseverar en el empeño, aun a pesar de arriesgarnos a recibir posibles frustraciones. Con el desarrollo emocional, evitamos que la angustia interfiera en nuestras facultades racionales; comprendemos los sentimientos de los demás, toleramos estados de presión y situaciones estresantes, y somos capaces de controlar nuestros impulsos, acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud de empatía y social que nos brindará mayores posibilidades de desarrollo personal.

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